Eduardo y el Zyclon (capitulo uno)

Caminaba hacia ningún lugar, con las piernas quietas. Cerro los ojos y vio la sombra de un ave que rondaba cerca de el. Observo hacia el lugar donde estaba ese ave y vio como este venia de una forma muy amigable hacia donde el se encontraba. Al acercarse el animal, se dio cuenta que no era un ave común. Su cuerpo estaba cubierto de los colores que posee el arco iris y también traía una gran galera y un monóculo.

-¡Hola! - Dijo Eduardo

-Oh, no empecemos otra vez, por favor - Imploro el ave, en un tono muy formal.

-Pe...Pe...Pero las... - 

-Si, lo se ¿las aves no hablan? ¿No? Te pedí que no volviéramos a tener esta conversación - Repitió el ave

-Pero... ¡esta es la primera vez que veo algo como tu!- exclamo Eduardo- Créeme que no te olvidaría, ¡nunca he charlado contigo! Por cierto, ¿que especie de animal eres?

-Yo, soy un zyclon y mi nombre es Bruce. Pero eso no es lo importante en este momento. - respondió el zyclon 

-¿Y que es mas importante que presentarse? ¿Acaso presentarse es algo poco importante? ¡Que extraño eres! - 

-¿Acaso yo soy el extraño? ¿Te has visto en el espejo? Tu no tienes ni alas, ni plumas, ni siquiera un pico ¡eres un adefesio! - acoto Bruce.  

- Bueno bueno, a ver dime tu sabio paj... - 

- ¡No soy un pájaro, soy un zyclon te dije! -

- Lo siento, como decía - continuo Eduardo - ¿Que es eso importante de lo que me querías hablar?

- De la fiesta que esta armando el dodo, debes concurrir con tus ropas más finas y elegantes. - explico el zyclon

- ¿Dodo? ¿Quien es el dodo? ¿Que es el dodo? ¿Fiesta? ¿De que fiesta me hablas? - cuestiono Eduardo.

- ¡Aguarda, niño! Esas son demasiadas preguntas para alguien tan inteligente como yo. Ya sabrás quien es el, ahora vamos, sigue con tu marcha hacia donde ibas y nos veremos en la fiesta. No olvides las ropas mas finas.

- ¡Espere señor Bruce! ¿Cómo sabré que día es la fiesta? ¿Cómo sabré cómo llegar? - pregunto apurado, en tono casi desesperado al ver que el zyclon se alejaba de una forma tan lenta como una babosa.

- No te preocupes. Cuando sea el momento indicado, nadie va a visitarte, y así lo sabrás todo. - concluyo Bruce antes de desaparecer entre las nubes.